La turofobia es un desorden que llama la atención de muchas personas que se preguntan si realmente se puede tener miedo al queso.
A decir verdad, la naturaleza del temor a los alimentos es muy compleja.
Qué es la Turofobia
La turofobia es, simple y llanamente, el miedo al queso. Para sorpresa de propios y extraños, un alimento es capaz de producir pánico en lugar del experimento de cierto rechazo que podría entenderse ante el queso o cualquier otro producto alimentario.
A la que estamos aludiendo no es a una cuestión relacionada con gustos o intolerancias sino con una fobia en toda regla que ha de ser tratada.
El temor al queso, en cualquiera de sus variantes, y hasta a su olor, es una alteración que puede condicionar la vida de quien lo padece, sobre todo en su aspecto social.
Si bien existen ocasiones en las que resulta muy sencillo hallar el estímulo que propicia la fobia, no ocurre así en el caso que nos ocupa.
Hay que partir de la base de lo problemático que resulta a la hora de llevar a cabo una vida social satisfactoria el hecho de que hasta el olor a queso suponga el desencadenante de una crisis de ansiedad.
Qué causa este tipo de fobias
Las dos causas primordiales a las que suele achacarse con mayor frecuencia el desarrollo de esta fobia son el trastorno de ansiedad y el condicionamiento:
El trastorno de ansiedad genera el espectro de miedos que, de no ser tratados, terminan ampliándose con el tiempo.
Vivir con ansiedad supone hacerlo en una constante situación de peligro en la que cualquier estímulo se puede considerar una amenaza. El hecho de que el desencadenante de la fobia sea un miedo no le resta entidad.
El condicionamiento tiene lugar por haberse producido una experiencia traumática en relación con el estímulo desencadenante de la fobia, que en este caso no es otro que el queso.
Síntomas de una persona turofóbica
El individuo que padece esta fobia concibe como algo totalmente impensable comer queso en ninguna de sus variedades.
No hay que olvidar que son muchos los platos que llevan queso entre sus ingredientes y que además, al no tratarse de una fobia en absoluto habitual, este extremo no va a ser tenido en cuenta por la persona que realice la invitación.
Ahora bien el problema llega mucho más allá, pues a la que nos estamos refiriendo no es una fobia que se limite a no poder ingerir este alimento, sino que los síntomas de ansiedad aparecen también cuando lo huelen y ¡hasta cuando lo imaginan!
Así las cosas, se explica el consiguiente rechazo a las invitaciones a salir cuando contemplan la idea de que en la mesa que van a compartir pueda estar presente este lácteo.
Entre los síntomas más frecuentes que presenta un turobófico cuando se expone destacan:
- Ataques de pánico
- Mareos
- Náuseas
- Pensamientos distorsionados
- Palpitaciones
- Sensación de irrealidad
Por si todo esto fuera poco, también hay que contemplar la situación de desvalimiento que un miedo tan desproporcionado hace sentir a la persona debido a sentir auténtica aversión hacia lo que para los demás es un manjar.
Cómo superar la fobia al queso
El objeto del tratamiento de la turofobia no está orientado a que el sujeto pueda comer queso en el futuro, sino a la «evitación» del desarrollo de otros trastornos emocionales de los que se asocian a las fobias, así para procurar el cese del desgaste de la salud emocional de quien lo padece, ahorrándole además las consecuencias sociales y psicológicas de un miedo al que no puede poner freno.
Para logarlo, nada mejor que la asistencia a una consulta psicológica en la que poder poner en práctica lo que se conoce como una terapia cognitivo-conductual.
No en vano, se ha podido constatar que este tipo de terapia consigue la transformación del pensamiento distorsionado que lleva a la consideración del queso como un peligro, consiguiendo de esa forma el cambio en la conducta.
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Hola, muy interesante, a mis 53 años acabo de poner nombre a la fobia que padezco desde bien pequeño, turifobia, y aunque no niego lo que comentan, si me gustaría matizar, al menos en mi caso, que es algo que te condiciona, si, y que aprendes a vivir con ello también, pero que no considero ese alimento como algo dañino, ni me provoca miedo, aunque si me causa rechazo y aversión, en muchos casos sólo a visión y en otros su olor me repugna, que me perdonen los amantes del queso, mi padre lo adoraba, gracias x leerme un saludo.
José: somos muchos los q tenemos el mismo problema(?). Yo también me acabo de enterar como se llama esta «condición» que tengo desde muy pequeño. Y estoy en mis 54 años. Tal como dicés, en mi caso tampoco es un rechazo o aversión extrema. Y creo que es un excelente alimento.